No puedo parar de pensar en la increíble oportunidad que es este caserío. Cuando lo visitamos, supe que era un bomboncito para todos aquellos que os guste un buen reto. Con algunas actualizaciones, pero conservando su esencia. ¡Me parece un cuento de hadas! Es la excusa perfecta para escaparse del bullicio y disfrutar del silencio, la calma y la naturaleza como nunca.
Es una propiedad de 1883 exclusiva por su diseño e historia. Ubicada en la localidad de Casariche, a escasos metros del río de las Yeguas.
El terreno cuenta con 7.820 metros cuadrados de superficie y una casa señorial de 422 metros cuadrados construidos.
La distribución residencial se organiza en varias plantas. En planta baja cuenta con cocina, comedor, amplio salón con chimenea abierto a una sala de estar con zona de lectura. La siguiente planta es la zona de descanso, con cinco dormitorios, baño y hall. Todos con unas bonitas vistas a través de sus enormes ventanales. En su última planta, encontramos un torreón con mirador que ofrece vistas panorámicas a la localidad.
La parte exterior de la vivienda es una maravilla, sus porches rodeados de vegetación, sus árboles con más de 100 años ofreciendo una agradable sombra en esos meses de verano, sus flores, que en primavera florecen dejando una estampa colorida y agradable a los sentidos.